De acuerdo con las últimas cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018, en México existe un bajo nivel de cultura financiera, lo cual se refleja principalmente en: el escaso o nulo uso de productos y servicios financieros, malos hábitos al momento de adquirirlos, desconocimiento de sus derechos y obligaciones, así como en la falta de planeación financiera, lo que impacta negativamente en el bienestar y calidad de vida de las personas.
Según datos de esta misma encuesta, la mayoría de los adultos entiende los principales conceptos financieros como intereses (95%), inflación (90%), riesgo (76%) y diversificación (64%). Por el contrario, un menor porcentaje puede calcular el interés simple (46%) y el interés compuesto (35%) de un préstamo.
De manera general, 75% de los adultos desconoce la existencia de un seguro de protección al ahorro, incluso 60% de personas con maestría o doctorado declararon no conocer su existencia, y este desconocimiento se incrementa en personas con educación básica, alcanzando cerca de un 90%. De la misma forma, 47% de los adultos desconoce las instancias a dónde acudir a presentar una queja en caso de tener un problema financiero.
En este mismo periodo de evaluación (2018), 63% de la población adulta (54 millones de personas) contaba con acceso al sistema financiero mexicano, pero solo 43% de ellos tenía un producto financiero, ya sea una cuenta de ahorro (69%), una cuenta de ahorro para el retiro (58%), una tarjeta de crédito (46%) y/o un seguro (37%).
Destaca que 67% de los adultos con productos financieros no realizó una comparación antes de contratar; esto se acentúa aún más en personas con educación básica (80%) y les siguen aquellas con educación media superior (70%), con licenciatura (54%) y, finalmente, maestría o doctorado (36%).
Ahora, en términos de administración y comportamiento financiero, la mayoría de los mexicanos se autoevalúa de manera positiva, por ejemplo: 70% de los adultos dice que siempre considera cuidadosamente si puede pagar algo antes de comprarlo, 73% dice que paga sus cuentas a tiempo, 82% dice ponerse metas económicas a largo plazo y esforzarse por cumplirlas.
Sin embargo, 67% prefiere gastar su dinero que ahorrarlo para el futuro. Además de esto, 65% de los adultos no lleva un registro de sus gastos y entre aquellos que sí lo llevan (35%), 58% lo hace mentalmente, 30% en papel, 8% en computadora y 4% a través de alguna aplicación de celular.
El no llevar un adecuado registro de los gastos abre la oportunidad de rebasar el presupuesto y realizar compras no planeadas. Prueba de esto es que 43% de los adultos dijeron realizar (algunas veces) compras no planeadas, 23% rara vez, 20% las realiza siempre o casi siempre y solo 13% nunca.
Las consecuencias son evidentes, pues 43% de la población adulta no pudo cubrir sus gastos mensuales en el último año. Para hacer frente a ello, 63% pidió un préstamo a algún familiar, 62% utilizó sus ahorros o redujo sus gastos, 17% vendió algún bien, 16% solicitó un adelanto salarial, 9% utilizó la tarjeta de crédito y 11% se atrasó en el pago de algún crédito o préstamo.
Por otra parte, del total de adultos, 63% ahorra de manera informal: principalmente mantienen el dinero en su casa (66%), participan en tandas (35%), en una caja de ahorro (23%), con familiares o amigos (17%), compran animales o bienes (15%) y/o prestan dinero (11%).
En cuanto a crédito, 57% de los adultos tiene algún tipo de crédito. De manera informal los principales lugares para adquirirlos son: a través de familiares, amigos o conocidos (60%), cajas de ahorro (18%) y casas de empeño (13%). De manera formal, los principales productos son: las tarjetas de crédito departamental (61%), tarjeta de crédito bancaria (34%), vivienda (22%), personal (9%), nómina (7%), automotriz (4%) y grupal (4%).
Lo lamentable es que sólo 25% de los adultos cuenta con algún tipo de seguro. Los más contratados son: Seguro de vida (67%), para el auto (39%), gastos médicos (25%), personal contra accidentes (10%), de casa (9%) y de educación (3%).
Finalmente, 92% de los adultos entrevistados declaró no haber tomado algún curso sobre cómo ahorrar, cómo hacer un presupuesto o sobre el uso responsable del crédito.
El camino por recorrer aún es largo, pero es imprescindible que la sociedad mexicana desarrolle capacidades financieras que le permitan participar efectivamente en actividades económicas y tomar decisiones sustentables económicamente para ellos y sus familias.