El INEGI define al trabajo doméstico como las actividades que se realizan dentro de los hogares y que son necesarias para el bienestar de los integrantes. Puede ser remunerado o no.
El primero se desempeña en el marco de una relación laboral, mediante un pago definido. El segundo se refiere al trabajo realizado para el mismo hogar del que forman parte los individuos, sin que exista un pago.
Trabajo doméstico remunerado
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al cuarto trimestre de 2021, se estimó que 84 millones de personas mayores de 15 años desempeñaron trabajo doméstico no remunerado para su hogar y solo 2.3 millones (4% población ocupada) realizaron trabajo doméstico remunerado; de éstos últimos, 88% fueron mujeres y 12% hombres.
Según el tabulador salarial del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, un salario digno para los trabajadores domésticos debería oscilar entre 400 y 600 pesos diarios, con un incremento anual del 10%.
Por el contrario, la Comisión de Salarios Mínimos (CONASAMI) determinó que para 2022, el ingreso mínimo de estas labores debía ser 187.92 pesos por día y de 260.4 pesos por día en la zona norte del país.
La realidad es que los empleados del hogar remunerados laboran en promedio 30 horas a la semana; no obstante, por cada 100 de estas personas, 42 cumplen jornadas de 35 o más horas, 40 personas trabajan de 15 a 34 horas y 18 personas laboran menos de 15 horas semanales. Y el ingreso perciben es de 38 pesos por hora trabajada.
La informalidad es otra de sus características. Por ejemplo, 99% de los trabajadores presta sus servicios sin un contrato escrito, 96% carece de seguridad social, y 70% no tiene prestaciones laborales.
Trabajo doméstico no remunerado
Con base en la Cuenta Satélite del Trabajo no remunerado de los hogares en México, en 2020, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados reportó un monto de 6.4 billones de pesos, equivalente a 27.6% del PIB nacional.
Es decir, poco más de 1 de cada 4 pesos que se producen en el país, y que no se pagan, proceden de las actividades domésticas y de cuidados en el hogar. De dicho valor económico, 73.3% fue generado por mujeres y 26.7% por hombres.
De acuerdo con el INEGI, las actividades que más contribuyen al valor económico de las labores del hogar son los servicios de cuidado y apoyo con 27.9%, preparar y proporcionar alimentos con 21.8% y actividades de mantenimiento y limpieza de la vivienda 20.7%.
Derivado de la pandemia, durante 2020 aumentó el tiempo empleado en labores domésticas y de cuidados y disminuyó el tiempo destinado a las actividades de traslados fuera del hogar.
En este sentido, las actividades que presentaron un mayor crecimiento en horas fueron: cuidados de salud dentro del hogar, que incrementaron 9.4%, seguido de la limpieza y mantenimiento de la vivienda con 7.5%, las actividades de apoyo a otros hogares con 7.3%, y las tareas de alimentación con 4.8%.
En ese mismo año, las diferencias por sexo fueron significativas, pues las mujeres aportaron trabajo no remunerado equivalente a 69 mil 128 pesos anuales, mientras que los hombres aportaron trabajo no remunerado equivalente a 27 mil 175 pesos de manera anualizada.
Este valor cambia cuando se consideran las condiciones sociales de las personas que realizan el trabajo; si la mujer está casada o vive en unión libre, su aportación asciende a 86 mil 995 pesos; mientras que quienes están solteras realizaron actividades por un valor a 40 mil pesos.
En cuanto al lugar de residencia, las mujeres que viven en hogares rurales generaron un valor económico promedio de 77 mil 169 pesos; mientras que las que habitan en hogares con presencia de menores de seis años aportaron, en promedio, 90 mil 304 pesos.
Según cifras de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo, mientras que las mujeres trabajan 37.9 horas a la semana en sus trabajos remunerados, también dedican 39.7 horas al trabajo adentro de sus hogares, es decir, una jornada más larga y sin paga. En tanto, los hombres laboran 47.7 horas semanales de manera remunerada y 15.2 horas semanales en los quehaceres de la casa.
Para concluir, el trabajo doméstico se caracteriza por ser un grupo de fuerza laboral vulnerable; las fuentes de empleo son, en su mayoría, informales; con frecuencia sin condiciones de trabajo claras; y es un sector en el que predominan las mujeres.
Pese a ello, las labores del hogar, que han estado estigmatizadas y subvaloradas, son actividades que tienen un valor de mercado. Hacer que se realicen de manera óptima, oportuna e igualitaria es un pendiente de nuestros gobernantes y también de cada persona como integrante de una misma sociedad.
Fuentes:
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2021.
Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo, 2019.
Cuenta Satélite Del Trabajo No Remunerado De Los Hogares De México 2020.
COMUNICADO DE PRENSA NÚM. 710/21 3 DE DICIEMBRE DE 2021 PÁGINA 1/2
https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/tnrh/cstnrh2020.pdf